El buda de los suburbios. Hanif Kureishi.
Anagrama, 1990.
Idioma original: inglés.
Traducción: Mónica Martín Berdagué.
Valoración. Recomedable.
Segunda novela que me leo, y seguida, del escritor británico
de origen pakistaní Hanif Kureishi. El
buda de los suburbios es una de sus
novelas más conocidas gracias a que fue
adaptada al cine con cierto éxito. “Mi nombre es Karim Amir y soy inglés de los
pies a la cabeza, casi”, así comienza la historia de Karim, un inmigrante de
segunda generación, de padre indio y madre inglesa, que vive en los suburbios
de Londres y que con diecisiete años va a asistir perplejo al desmoronamiento
de la vida que había conocido hasta entonces. El libro es una historia de
maduración y aprendizaje personal que tiene como decorado la Inglaterra de la
primera mitad de los años 70, y este contexto va a influir decisivamente en el
devenir de los acontecimientos.
En un país que pasaba rápido del rock sinfónico a los Sex
Pistols, y de los pantalones acampanados y las camisas de flores a los
imperdibles, Karim cambia el hastío de los suburbios por el Londres más
efervescente de la mano de su progenitor, el denominado buda del título, un
indio más bien anodino que un día descubre asombrado que la clase media y
adinerada se muere por un poco de espiritualidad new age. Y no sólo por eso. Inglaterra vive la resaca posthippie y
las normas sociales estan cambiando, sobretodo entre la gente que puede permitírselo.
El color negro comienza a predominar en las calles, las huelgas y los disturbios
raciales tensionan al gobierno conservador, las drogas, la música, el sexo, las
ideas políticas radicales, las comunas, el arte, los cines porno, todo era
nuevo y arrollador, las modas cambiaban a la velocidad del rayo.
Como en La última
palabra también en esta novela los
personajes secundarios cobran una importancia fundamental en la trama. Destaca
el padre del protagonista, también Jamila, amiga de la infancia a la que su padre,
Anwar, obliga a casarse por la fuerza con el deformado y especial Changez; o
Gin & Tonic, como llama Karim a sus tíos maternos; o Terry el trostkista; en
fin, una variopinta galería de personajes que podrían hacerse con el control de
la historia en cuanto les dejaran, porque a veces, si tardaban unas páginas en
aparecer, yo ya me estaba preguntando qué estarían haciendo.
El buda de los
suburbios es un
libro irónico, mordaz, muy divertido, que recrea una época vista desde un
personaje fronterizo, de ahí la declaración que abre la novela. Una bildungsroman
sin ningún tipo de efecto moralizante, un tránsito a la edad adulta en una
época convulsa desde una perspectiva multicultural y desacomplejada.